#colaboracion:
La música de Balle Voyage. Visión del compositor
27 de Julio de 2023 · Manu Riveiro, compositor.
El lenguaje
Todo comienza mucho antes de que uno se da cuenta. Al igual que un bebé aprende a hablar sin la necesidad de tener consciencia de ello, el lenguaje musical va ocupando un espacio en el cerebro del oyente mucho antes de que este tenga uso de razón.
Nunca he tenido claro del todo en qué punto está la línea que separa la razón de la intuición en lo que se refiere a la
percepción de las emociones que la música puede llegar a generar en la psique humana. No me cabe duda de que un grito de dolor puede entenderse o decodificarse en cualquier parte de nuestro planeta, pero ¿qué grado de culpabilidad tiene la exposición a la cultura sonora a la hora de percibir un tema de amor, uno dramático o uno de tensión por ejemplo?
Efectivamente, tanto en el teatro, como en la ópera o el cine, el uso de los elementos visual y sonoro, tienen la capacidad de crear vínculos entre lo que se ve y lo que se oye, muchas veces imprescindibles para entender la historia que se nos está contando.
Esa dualidad, sin duda, es la que nos va mostrando en gran medida, la forma en la que debemos entender o interpretar el lenguaje sonoro.
Influencias
Cuando te enfrentas a un ejercicio de retrospección, es importante poner el foco en todos aquellos elementos que destacan por ser parte de un todo que lo hacen diferente al resto.
En Balle Voyage, Iria Ares, su directora, me propuso el reto de ponerme en la piel de Bernard Herrmann para narrar con música una historia que ella misma narraría desde la óptica de Alfred Hichcock.
Cine y música van de la mano a través de un lenguaje visual y musical que hoy en día permanece en la memoria de gran parte del imaginario colectivo, y forman parte de esos códigos audiovisuales que casi sin darnos cuenta, usamos para decodificar muchos de los mensajes que nos llegan a través de los medios.
No sin reticencias, uno se dispone a enfrentar un acto de suplantación de identidad artística de forma consciente, en la que no tiene claro el grado de proximidad que podrá alcanzar.
Pero lo cierto, es que con el tiempo también llegué a caer en la cuenta de que eso no es lo importante. Quizá, en este momento lo más importante, sea el grado de honestidad que uno pueda llegar a alcanzar consigo mismo para afrontar un homenaje personal a un estilo, a una época que hoy en día parece tan lejana, por lo menos en cuanto a tendencias.
No me cabe la menor duda que en el camino han ido apareciendo no sólo las armonías o los saltos interválicos de Herrmman, sino que también ha estado presente la sincronía efectista de Carl Stalling o Max Steiner, haciendo honor al actualmente conocido Mickey Mousing. Shostakóvich o incluso el propio Verdi con el evidente uso del leitmotiv.
La estructura temática
El misterio que encierra el escenario de un crimen, dos personajes sospechosos, un cadáver y una dama.
Es el caldo de cultivo perfecto para contar una historia a través de las dudas que puedan generar los personajes en el espectador.
Existen cuatro leitmotiv en la historia, que son muy reconocibles.
El primero de ellos es el que pertenece al escenario del crimen, misterioso, con cierta tensión, en la que probablemente cobre menos protagonismo que la armonía y la figuración rítmica, que se convertirá en una constante en la narración:
El segundo se expone con la dama. Es un leitmotiv que representa la atracción, el deseo:
El tercero representa al villano, sin rodeos, la música se posiciona y delata al personaje:
Y el cuarto es la transformación del deseo en pasión. La dama toma partido en el desenlace y eso genera en el protagonista el impulso necesario para resolver la tensión que se había generado en torno a ellos dos:
Conclusión
Cualquier homenaje artístico debe ser honesto, y este, sin duda se ha hecho desde el más absoluto respeto.
Una de las cosas más importantes a la hora de abordar una creación, no es tanto el resultado sino el propio camino, el proceso creativo, porque es en ese trayecto donde uno puede acercarse desde una perspectiva más personal a la visión de alguien a quien admira, y se deja influenciar de forma consciente por la estética de su arte.
El constante aprendizaje es probablemente uno de los mayores generadores de motivación con el que personalmente comulgo, y sin lugar a dudas, el mayor aliciente para continuar en el camino.
Manu Riveiro,
compositor.