LA CROISETTE, 2019. Festival Internacional de Cine de Cannes

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LA CROISETTE, 2019.
Festival Internacional de Cine de Cannes

21 de Mayo de 2020 · Por Iria Ares

PERIODISTA. ¿Cambiará por la pandemia la forma que teníamos de consumir cine?

RESPUESTA. Imaginemos lo contrario: un virus informático que acabara con todas las proyecciones en los ordenadores, y que no se pudiera ver ni una imagen registrada fuera del cine.

Thierry Frémaux
delegado general de Cannes

Entrevista Completa en El País

Hoy 20 de mayo de 2020, se cumple un año desde que Badaladas de Amor e Morte aterrizaba en Cannes, en plena Croisette, para continuar su aventura de una distribución internacional.

Apodado el “mejor Festival de Cine del mundo”, Cannes es una experiencia que todo amante del cine debería vivir. 

Sin embargo, este no puede ser un artículo normal, que trate sobre nuestras alegrías y nuestras penas durante el Festival. Estamos en plena crisis del Coronavirus. Estamos en medio de una crisis cultural mundial. Estamos, sin Festival de Cannes. 

Sí, este año no se celebrará. O por lo menos, no como siempre. Decisión polémica. Aplaudida por muchos, repudiada por otros. El caso es que no habrá una 73 edición “normal” del Festival.

Hay quien convierte esta circunstancia en una batalla entre plataformas, streaming y cine de salas. Hay quien es más salvaje y anuncia “la muerte de los Festivales tipo Cannes”. Y puede que lo sea… 

Lo cierto es que cada vez son más los comentarios del tipo “yo prefiero ver cine en mi casa”. “No entiendo por qué hace falta una alfombra roja para vender una película” o “los nuevos hábitos de consumo exigen productos que se puedan reproducir en todo tipo de plataformas”. 

Bien. Seguramente la cosa sea más complicada si cabe. Desde nuestra humilde opinión, y como espectadores y amantes del cine clásico, del Hollywood Star-System y sí, también de la alfombra roja, creemos firmemente en la necesidad de crear “la distancia necesaria” para la elevación del arte cinematográfico. 

No, rotundamente no es lo mismo ver “La ventana indiscreta” en su casa o en una sala de cine. Si usted piensa que ha visto esta película porque TCM la haya puesto un sábado por la tarde, en sesión continua, para celebrar el 140 aniversario de Alfred Hitchcock está muy equivocado. 

Y no, rotundamente no es lo mismo ver a Sophia Loren posar con su gracia natural e imponente figura en La Croisette o en el Carlton Hotel, que ver la cara de Robert de Niro por videoconferencia, por mucho que nos cuente cosas tremendamente interesantes. 


Es cierto, si el vídeo no terminó con el cine. Si la TV no acabó con la asistencia a salas. ¿Por qué habrían de hacerlo las plataformas? ¿No pueden fomentar el consumo y no reducir la disyuntiva a un conflicto de dos bandos enfrentados? Es posible. TIENE QUE SERLO. 

A quien se le escape que el cine necesita del glamour de la distancia… Cuidado. No se aleje demasiado. En unos pocos años…, no habrá donde esconderse.

Por cierto, Badaladas de Amor e Morte es un homenaje al cine clásico, al cine de Orson Welles. Y sí, se ve mucho mejor en una pantalla de cine…

Iria Ares y Xoán Carlos Mejuto
Estudo Momento